Esta leyenda se basa en la historia de un amor que comenzó en el año de 1971, en el puerto de San Blas, Nayarit en el momento en el que una señorita llamada Rebeca, la cual trabajaba en un local de comida a unos metros de aquel muelle, quedó perdidamente enamorada de un joven marinero.

El amor que Rebeca y el marinero sentían era tan grande, prometieron quererse por el resto de sus vidas, pero ambos sabían que el joven tenía que irse algún día, entonces el marinero loco de amor por Rebeca le prometió que regresaría y la convertiría en su esposa.


Al fin llego ese día y Rebeca se tuvo que despedir de su amado marinero, él se fue en un barco que estaba en el muelle de San Blas.

El marinero prometió que regresaría y ella llorando le respondió que lo esperaría.

Todos y cada uno de los días sin importar si llovía, Rebeca siempre estaba esperando en el muelle de San Blas, pues ella confiaba en que su amado volvería. El tiempo pasaba, ella esperaba con paciencia, pero él nunca llego. Nadie sabe qué pasaría con el marinero, hay quienes dicen que murió, otros que simplemente no quiso regresar con Rebeca.


Rebeca como fiel enamorada siempre tenía en mente a su querido marinero, pero espero demasiado por aquel hombre y su cordura se vio afectada, empezó a actuar extraño por ejemplo cuando iba al muelle ya no lo hacía con ropa normal, se compró un vestido de novia para esperar al marinero en el muelle de San Blas.

Ella nunca falto a su promesa, todos los días esperaba en aquel muelle, las personas del pueblo comenzaron a decirle “La loca del muelle de San Blas”.

Después de varios años Rebeca comenzó a envejecer, a pesar de eso seguía visitando el muelle, para las personas era algo triste verla ahí con su vestido de novia esperando junto al muelle.

Esta historia se hizo tan conocida que incluso el grupo “Maná” le compuso una canción.


La vida de Rebeca termina en el año del 2012, fue cremada y sus cenizas fueron esparcidas por el muelle donde paso tantos años de su vida. Muchas personas dicen que durante la noche en el muelle de San Blas, si prestas atención puedes ver una silueta de una novia mirando el mar.

Tal vez Rebeca falleció, pero su leyenda sigue viva en el muelle de San Blas.